El anuncio de esta iniciativa podría ser: ‘Agencia Espacial Europea de gran proyección busca pilotos para un ejército de drones. Se requiere AR Drone propio y se valorará experiencia en videojuegos. Interesados consultar la tienda de aplicaciones de su móvil’.
El anuncio es cierto, sólo que no se trata de una excitante carrera profesional a los mandos de un simulador de vuelo en el Centro Europeo de Astronautas que la agencia tiene en Colonia. La ESA ha puesto en marcha un proyecto con el que quiere recoger datos técnicos de vuelo de los miles de propietarios de un Parrot AR Drone que hay ahí fuera.
Para ello, la ESA y Parrot han lanzado una aplicación con forma de juego en la que hay intentar acoplar nuestro Drone a la Estación Espacial Internacional. El objetivo del juego no es otro que recopilar mediante ‘crowdplaying’ millones de horas de vuelo que ayuden a la agencia a programar nuevos sistemas de inteligencia artificial para que los drones despeguen, vuelen y aterricen de forma automática con más eficiencia.
La aplicación se llama AstroDrone y de momento sólo está disponible para IOS. La versión para Android ya está en desarrollo junto a un nuevo nivel en el que los pilotos virtuales deben intentar aterrizar en el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, misión real que la ESA llevará a cabo en 2014.
Si un negocio de futuro son los drones, las empresas necesitan profesionales que los piloten. Bajo esta premisa, varias universidades estadounidenses ofrecen cursos, grados e incluso doctorados para formar a los estudiantes en el emergente sector de los aviones no tripulados.
Bueno y las materias que se requieren van de matemáticas y física, hasta prácticas de inspección.
Empresas, universidades y alumnos no quieren esperar a que se autorice legalmente el uso civil de los aviones no tripulados: quieren llegar a finales de 2015, para cuando se espera su uso comercial, preparados para ganarse la vida en un sector que promete crear miles de puestos de trabajo y generar miles de millones de dólares.
Los usos civiles de los vehículos aéreos sin piloto son muy variados: inspección de líneas de alta tensión, vigilancia de fronteras, elaboracion de planos de ciudades pueblos, alerta de incendios ,control vehicular,control de insectos en la agricultura y eso sin contar con los trabajos en el sector militar.
El sector exhibe cifras prometedoras. Calcula que, hasta 2015, se habrán creado unos 70,000 puestos de trabajo (y subiendo) en Estados Unidos vinculados a esta industria emergente y, en la década posterior, otros 100,000 más.
Los datos son de un estudio de la Asociación de Sistemas de Vehículos No Tripulados Internacionales (AUVSI), que representa a más de 7,000 empresas relacionadas con drones en 60 países, pero otros informes más independientes del sector también avalan la tendencia.
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